La crisis del 29 de Octubre de 1929 generó una depresión económica de tal magnitud que se tardó practicamente una decada en salir, motivo por el cual se la denominó como “Gran Depresión”. Es importante destacar que los “factores de la crisis” son distintos a los “factores que intensifican y amplian la depresión”. Entre estos últimos existe un consenso general que existió una mala praxis al insistir con una visión ortodoxa para la recuperación de la crisis, cuyos puntos centrales se basaban en el recorte del gasto púlbico y en la utilización de la politica monetaria tradicional como vía de reactivación.
En econónomia existen dos grandes herramientas para reactivar la económia la polítca fiscal y/o la política monetaria. La reactivación vía política fiscal consiste en que el gobierno aumente el gasto público. Mientras que la política monetaria tradicional consiste en aumentar la oferta monetaría para bajar la tasa de interés. Por lo cual diversos proyectos productivos que antes no eran viables, por tener un bajor rendimiento, ahora lo sean (el rendimiento es mayor al costo de pedir un préstamo para realizarlo). Sin embargo, cuando las tasas de interés reales son extremadamente bajas o negativas la política monetaria deja de tener efecto sobre la reactivación económica, a dicha situación Keynes la denominó “trampa de la líquidez”. La tasas reales negativas, se deben a que la tasa de interés es menor a la tasa de inflación, por lo cual los bancos de realizar préstamos a dichas tasas lo harían a costas de tener perdidas.
El mundo nuevamente se encuentra en la “trampa de la líquidez”, la mayoría de los gobiernos enfrentan tasas reales de interés negativas. La cuales se verán aún más afectadas por la fuerte emisión monetaria que esta realizando Estados Unidos (USD 1,77 billones en 1 mes, un incremento del 41%) y que la Unión Europea esta dispuesta a acompañar por el solo hecho de evitar un colapso mayor (se estimá una emisión de 2 billones de Euros para Eurozona).
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Este es el marco general en el cual deberán moverse los gobiernos para reactivar rapidamente la economía, el diseño minusioso de la politica fiscal, cambiaria y monetaria dependerá de la estructura económica y social de cada país. El costo de las herramientas para salir de la crisis vía política fiscal y/o monetaria, en definitiva recaerán en los respectivos gobiernos y bancos centrales.
Entonces nuevamente como en la crisis del 30´ los países se encuentran en la trampa de la liquidez, pero ahora tenemos un problema adicional:
El mercado como mecanismo de asignación de recursos, ha sido puesto en jaque !!